domingo, 15 de junio de 2008

Sin nada que decir...

Sin proponermelo, hoy entré al blog, pensando en el "que habrá de nuevo". Me encontré con la entrada anterior, y me quedé pensando en el porque escribir, si no hay quien lea. Que triste, al encontrarse en una ciudad indolente, indiferente, sin memoria, y sobre todo, sin nada que decir. Tal vez, se contagió del letargo de aquel león dormido, y sin más ni más, se durmió a sus pies; bien quiera el león seguir dormido y que esta ciudad despierte de su letargo sin necesidad de un rugido. Pero eso no significa que yo no tenga nada que decir. No nací aquí, pero aquí me crié, he vivido más de 25 años en esta ciudad, y algo de lo que ella tiene, me ha aportado para ser quien soy hoy en día. No tengo la culpa que sea una ciudad que se olvidó a si misma, y que sus gentes no tengan memoria, que no tengan nada que opinar o decir, y que, tercamente, no quieran escuchar.

Como diría sui generis ¿para quién canto yo entonces? Yo hablo y escribo porque quiero, porque me gusta y no quiero que se atrofie mi voz. Allá quienes no quieran escucharme, pero que después no se quejen, porque tuvieron una voz que jamás quisieron escuchar.

3 comentarios:

CARLOS ARTURO GAMBOA dijo...

Tal vez la pregunta que surge: Pará quién escribo yo?, ahora no tiene una respuesta definida, tal vez algunos o muchos hayan pasado por aquí, y como en mi caso, hayan leido la entrada anterior y no hayan dejado ningún comentario, pero las palabras están ahí, a´´un cuando dormiten en la Ibagué intrascendente...

Saludos

Julián Mayorga dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Julián Mayorga dijo...

Yo sigo visitando este espacio con una suerte de fé. Hoy, afortunadamente puedo responder tu pregunta:

-Para mi.

Callar es un error imperdonable!

Le abrazo escritora!