domingo, 15 de junio de 2008

Sin nada que decir...

Sin proponermelo, hoy entré al blog, pensando en el "que habrá de nuevo". Me encontré con la entrada anterior, y me quedé pensando en el porque escribir, si no hay quien lea. Que triste, al encontrarse en una ciudad indolente, indiferente, sin memoria, y sobre todo, sin nada que decir. Tal vez, se contagió del letargo de aquel león dormido, y sin más ni más, se durmió a sus pies; bien quiera el león seguir dormido y que esta ciudad despierte de su letargo sin necesidad de un rugido. Pero eso no significa que yo no tenga nada que decir. No nací aquí, pero aquí me crié, he vivido más de 25 años en esta ciudad, y algo de lo que ella tiene, me ha aportado para ser quien soy hoy en día. No tengo la culpa que sea una ciudad que se olvidó a si misma, y que sus gentes no tengan memoria, que no tengan nada que opinar o decir, y que, tercamente, no quieran escuchar.

Como diría sui generis ¿para quién canto yo entonces? Yo hablo y escribo porque quiero, porque me gusta y no quiero que se atrofie mi voz. Allá quienes no quieran escucharme, pero que después no se quejen, porque tuvieron una voz que jamás quisieron escuchar.

martes, 1 de abril de 2008

A Ibagué le ha besado un exocet

Aquí creo que nadie entra a leer nada. O nadie tiene nada que decir sobre nada. O aquí, más vale, no pasa absolutamente nada. Es la "Ibaguereñitud", la indiferencia en su estado puro.
Aprovecho el espacio (cerrado) para dimitir de mi calidad de Ibaguereño; no quiero pertenecer a esa tierra indiferente, indolente y amnésica.

el problema no es que digamos cosas y que sean motivo para que nos maten, el problema es que aunque digamos cosas para que nos maten, nadie nos escucha...

Al que le caiga el guante...


"Creo que no nos quedamos ciegos, creo que estamos ciegos,
Ciegos que ven, Ciegos que, viendo, no ven"
José Saramago






A Ibagué le ha besado un exocet…

Soledad subió indigesta a pan de azúcar,
Se cansó de esperar muerte y se inmoló
Le han hallado tres canallas y dos putas,
A soledad le han suicidado y no importó.

Anteayer se derrumbó en “Murillo Toro”
“Nadie mira, nadie toca”; ya aprendió!
Disparó un exocet que besó todo ,
La Echandía y la 21na y no importó.

Soledad se cansó de untarle yodo
A la yaga de estar sola en la ciudad
Remendando banderitas tino y oro

Maldiciendo al pueblo-Metrópoli-orfandad
Soledad murió penando en pleno coro
Soledad murió de pena, en soledad.



Julián Mayorga

lunes, 7 de enero de 2008

Esta rosca...

Esta rosca, cerradita, mil quinientos,
Que despierta a la hora de los sueños,
Estos parias, desterrados de los bares,
Donde sobran los mormones por millares

Estos Juanes, estos Pedros, estas Anas
que hasta es pascuas hacen suyas en Buchanan’s
cada puta, cada golfo, cada espanto,
no hay velita pa’ esta rosca, pa estos Santos.

Siga y pase, madresita, pruebe el vino,
Vino el diego, y trajo a trancas a la novia
Súba el radio y que se jodan los vecinos

Esta rosca, tan marciana, tan fulana,
Mil doscientos, dos millares; veinticuatro,
Abre al menos siete días por semana.